La sabia decisión
entremos a la espina dorsal
ya el aire afilará la guillotina
y el idilio entre la paz y la Luna
desaparecerá.
Hacer a un lado mi oración
pues no hay nadie que la escuche
y mantener la risa sólo por intuición
sólo por reflejo.
Anoche me traicioné
y los arcos enmarcaron la derrota de mi alma
que lamía de la noche con desesperación.
Anoche me traicioné
la puerta del infierno tu ausencia rompió
y la bestia quedó libre
y se expandió dentro de mí
alimentándose
de lo que en mi interior no deja de gemir
de lo que a mi sombra no le puedo ocultar
de lo que tú no dejas de hablar
de lo que nada me puedes ocultar
de lo que nada me quieres decir
de lo que nunca me dejas decir
de lo que nunca me dejas hacer
y de donde nunca me piensas llevar.
La más sabia decisión
extirpar la espina dorsal
enmarcar con tu cara
las lágrimas de la Luna
¿Es todo esto culpa mía?
La más sabia decisión
destrozar con un hacha la espina dorsal
y enmarcar tu cara
con las lágrimas de la Luna.
1994.
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